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15 de enero de 2014

FIBROMIALGIA y RELACIÓN de PAREJA



Poquísimo se ha escrito sobre la relación de pareja y la irrupción de la fibromialgia en uno de los miembros, o en los dos.  Y un reflejo de lo poco escrito, se ve en la nula presencia de los temas relacionados con la pareja, en boca de los especialistas que te atienden. Esto se explica por la existencia una visión muy reduccionista de la dolencia y la persona, donde el contexto no parece que tenga mucha importancia. Por otro los temas de pareja no suelen tratarse en la consulta del médico.


         Lo cierto es que el momento vital que la pareja comparta será un poderoso influjo en la adaptación de la misma. No es lo mismo un pareja recién casada o sin hijos que una pareja con hijos adolescentes, incluso si hay personas mayores que cuidar y son, quizás, los progenitores de uno de los cónyuges.

         Los aspectos que se destacan en la reacción familiar a la aparición de la enfermedad, como son la sobreprotección o el abandono, se dan una manera más acentuada en la pareja, por estar más próxima en el proyecto vital a la persona afectada. Mantener la satisfacción de la pareja requiere esfuerzo y entrega por parte de ambos miembros, así como ser capaz de desarrollar determinadas habilidades que propicien una comunicación válida y eficaz. Esto es así para cualquier relación, por tanto cuando una condición crónica aparece, los recursos de la pareja se van a poner a prueba. ¡Y qué prueba! Es más probable que los miembros de una pareja que tienen una cierta semejanza, que comparten rutinas y hábitos similares sean más felices que aquellos que no lo comparten.

         Se sabe que las dificultades en la relación suelen aparecer cuando existen más cuestiones diferentes que similares. Por ejemplo la salud, el tiempo libre, el trabajo, etc. Además la relación se construye y se mantiene por el tiempo que se le dedica y las necesidades que se comparten. Cada uno tiene las suyas propias, en la frecuencia sexual, en el ocio, en la necesidad de afecto, en el estatus, etc. Y en la medida que sean recíprocos en estos temas, es decir, uno facilita las necesidades del otro y al contrario, pues mejor relación tendrán. Al aparecer la fibromialgia esta reciprocidad, se verá afectada, ya que en ocasiones a la persona le resulta extremadamente difícil satisfacer las necesidades propias, mucho más las de la pareja. Algo así como: se recibe lo que se da. Por tanto si das poco recibirás lo mismo. Esta reciprocidad lo es tanto para las acciones agradables como para las desagradables.

         ¿Cuándo surge el malestar? Cuando los sentimientos y las conductas desagradables que se intercambian superan a las agradables. Con la fibromialgia hay áreas que están claramente más condicionadas que otras, por ejemplo el tiempo libre y de ocio que se comparte, que disminuyen drásticamente. Sobre todo hasta que la persona se haya acomodado a la nueva situación. Esto provoca un desequilibrio importante, pues suele haber un miembro que aporta más gratificaciones que el otro, que demasiado tiene con adaptarse a algo que no sabe entender. A la larga quien más da dejará de hacerlo si no obtiene respuesta, o la que recibe no es la deseada. Por ejemplo: ante la insistencia de la pareja por salir y disfrutar de un paseo o una reunión familiar y la consiguiente negativa o reparos de quien tiene fibromialgia, la pareja terminará por cansarse o frustrarse y dejará de insistir. Algo que puede ser interpretado como una falta de interés en la recuperación del otro o una pérdida de sentimientos. Incluso puede desembocar en una crítica o conductas de coerción, mal humor, ironía, riñas, incluso violencia, para obtener respuesta de quien está impregnado por su dolor.

         Llegado este momento muchas parejas se preguntan: « ¿Hacia dónde vamos? ¿Es así como deseo vivir en pareja?» La separación, el divorcio, y los efectos que estos traigan planean en algunos momentos del proceso de adaptación a la fibromialgia. Aunque tampoco hay que llevarse las manos a la cabeza, la pareja cuando se siente sometida a un gran estrés puede valorar distintas alternativas de solución, incluida la separación si no se tienen más recursos. Cuando uno de los miembros se vuelve en exceso dependiente de atención, de cuidado, etc. Es fácil que el otro se cuestione si están juntos por interés, lo cual puede llevarle a creer y sentir que está atado. ¿Cómo evitar esto? Lógicamente trabajando en la propia autonomía, esa que se pierde con la presencia de la FM. Habrá que rescatarla y ampliarla incluso, para recuperar el atractivo personal.

         Cuando la insatisfacción campa a sus anchas, resulta importante tomar consciencia de dónde está el malestar. Así muchas parejas en vez de encarar la situación llevan a cabo estrategias que no sólo no sirven, incluso empeoran y cronifican su disgusto, por ejemplo:

  • Ignoran el problema. No expresan su fastidio ni frustración, sabedores, los que tienen fibromialgia y los que no, que sacar los problemas a relucir puede generar más estrés, nunca encuentran ni el momento ni las formas adecuadas. Mientras esto ocurre el desencanto se acumula, hasta desbordar en algún momento.
  • Esperan que el otro cambie. «Yo no puedo hacer nada», así que confía en que la otra persona cambie su actitud, y eso a lo mejor no ocurre nunca. Ignoran que la conducta de uno influye en la del otro y viceversa.
  • Se contentan buscando la satisfacción fuera de la relación. Bien en el trabajo, o en el grupo de amistades, incluso en la asociación donde hay personas que si entienden por lo que se pasa. A veces surgen aventuras amorosas que pretenden compensar la falta de esto mismo en la relación de casa.
Sin duda en la pareja se puede encontrar un gran aliado para afrontar la fibromialgia, pero también un obstáculo. Aprovechar los instantes de mayor entendimiento, para sentar las bases de una relación más gratificante es una inversión en calidad de vida. Incluso en los momentos en que habéis solucionado un conflicto, podéis dedicar un tiempo a pensar cómo vais a prevenir que éste vuelva a darse. Adaptarse a una situación nueva y exigente, la FM, así como a los cambios que esta provoca, se consigue con esfuerzo y dedicación. Sólo con amor no basta para que la relación funcione, la convivencia exige habilidades

24 de octubre de 2013

GRACIAS POR VUESTRO APOYO!!!


 
El Centro Cultural Cajasol acogió este martes 22 de octubre la presentación del nuevo libro de Bruno Moioli, 'Fibromialgia, el reto se supera', que cuenta con el apoyo del Instituto De Psicología y la Asociación de Fibromialgia de Sevilla. El acto, presentado por el periodista Cristóbal Cervantes, contó con la participación de la Delegada de Familia y Asuntos Sociales del Ayuntamiento de Sevilla, Dolores de Pablo, la Presidenta de Afibrose, Mª Luisa Rubio, y el propio autor. Entre los invitados estuvieron profesionales de la medicina, psicología y fisioterapia, así como personas de diversos colectivos relacionados con la fibromialgia e interesadas en el tema.
 
       Este libro, editado por Desclée de Brower, supone una aportación básica desde la Psicología, en el afrontamiento y comprensión de la Fibromialgia y sus consecuencias. Una lectura interesante por la variedad de aspectos tratados sobre la persona, en torno a la dolencia.

























21 de octubre de 2013

Presentación libro: Fibromialgia, el reto se supera


22 de Octubre  de 2013 a las 17.30 h

El Instituto De Psicología, la Asociación de Fibromialgia de Sevilla y la Fundación Cajasol en su centro cultural de c/Laraña 4, Sevilla. Tienen el placer de invitarle a la presentación del nuevo libro de Bruno Moioli: Fibromialgia, el reto se supera.

        Presentará el evento el periodista D. Cristóbal Cervantes, y contará con la participación de la Delegada de Familia y Asuntos Sociales del Ayuntamiento de Sevilla, Dª. Dolores de Pablo, la Presidenta de Afibrose, Dª. Mª Luisa Rubio y el propio autor. Entre los invitados estarán profesionales de la medicina, psicología y fisioterapia, así como personas de diversos colectivos relacionados con la fibromialgia e interesadas en el tema.

        Este libro, editado por Desclée de Brower, supone una aportación básica desde la Psicología, en el afrontamiento y comprensión de la Fibromialgia y sus consecuencias. Escrito en un tono distendido, claro y conciso. Para ser entendido de principio a fin, sin la interferencia de la jerga técnica. Es una lectura dirigida a todos los protagonistas de la dolencia, personas afectadas, familiares, pareja, así como los diversos profesionales que la abordan.

         En sus páginas se describen los aspectos básicos de la Fibromialgia, su definición, diagnóstico y tratamientos al uso, etc. Igualmente profundiza sobre los efectos y reacciones que la llegada de la misma van a generar en quien la padece. Así como la experiencia que supone para la familia de la persona afectada. Esto incluye el impacto que genera en ellos y su adaptación, el importante papel que tiene la persona en su mejora y recuperación, en relación consigo misma, su cuerpo y los demás. Valor y propuestas del movimiento asociativo. Las certezas sobre la eficacia de los tratamientos actuales y la relación con los profesionales de salud e investigación, etc.

        En suma, una lectura interesante por la variedad de aspectos tratados sobre la persona, en torno a la dolencia. Mostrando diversos caminos para un sano afrontamiento  de esta, de manera práctica y personalizada.

 Les esperamos.

 
 

14 de octubre de 2013

FIBROMIALGIA, EL CAMINO A LA SUPERACIÓN



Al igual que ocurre con las dificultades que aparecen en nuestra vida, el cambio en el ser humano es una constante, es universal. Pero aún a pesar de ser algo tan característicamente nuestro, no terminamos de comprenderlo en profundidad. Esto facilita que en cierta manera le temamos y hasta huyamos de él. Algunos incluso creen que pueden escoger no cambiar a lo largo de su vida, como si el roce y la influencia de las experiencias vividas fuese algo que uno puede sortear, sin más, solo por desearlo.


      Y es que casi nada en el ser humano es sencillo, y cualquier manifestación de su existencia suele formar parte de algo más complejo. De otros elementos que se relacionan entre sí. Así que cualquier cambio que necesite, por ejemplo aprender a aceptar y adaptarse a una dolencia crónica, necesita de otros cambios que se sumen. Como si fuera una bola de nieve que crece.


        Sin embargo la mayoría de personas reconoce, cuando se encuentra en una situación difícil, el hecho de que es necesario algo distinto. Sobre todo cuando el problema se presenta de modo persistente y repetitivo, a pesar de los esfuerzos por que no sea así. Esto ocurre en la fibromialgia. Llegado este momento uno se pregunta:  ¿Un cambio sí, pero cómo?
 
      A día de hoy la fibromialgia se considera crónica, y precisamente porque lo es, se han abierto caminos para transitar por y con ella. Gracias al empeño de los protagonistas y el aporte de la ciencia,  muchas personas superan el impacto que la enfermedad causa en sus vidas. Superarla es un proceso de evolución, profundo y duradero, que parte de la aceptación de las limitaciones y los cambios vividos y permite a la persona desarrollar su vida y proyectos. Te muestro alguno de esos caminos.


 

30 de septiembre de 2013

FIBROMIALGIA, ACEPTAR LO INACEPTABLE


"Acéptalo de una vez". Cuantas veces como profesionales hemos podido utilizar esta expresión, o alguna similar. Y cuantas la habremos oído. Y es que resulta fácil decir que tienes que aceptar tu situación, o tu enfermedad, o que esto es lo que hay y no te queda más remedio que someterte. Y cuando se dice parece que se pueda hacer de manera inmediata. Sin embargo, habrás comprobado que lo que se dice aceptar, cuesta aceptar lo que pasa. Te cuesta a ti y le cuesta a los tuyos. Nos cuesta a todos.

         Cuando piensas que has de aceptar una situación, como por ejemplo la aparición de la fibromialgia en tu vida, parece que realmente lo que tengas que hacer es considerar esa situación como aceptable (admisible, pasable, razonable, apta, conveniente, grata, agradable, y así muchos más sinónimos). Es decir, como si tuvieras que contentarte o incluso sentir satisfacción por la misma. Lógicamente eso sería casi una locura. Esto no es aceptar.
 
Aceptar no significa tolerar el dolor, ni que tengas que sentir satisfacción porque la FM se ha instaurado en tu vida. Tampoco es resignación y tener que conformarte, como si no estuviera: «A mí la fibromialgia no me para, yo no presto atención y hago todo lo que quiero, aunque es verdad que luego llega un momento en que me paso cinco días en cama sin poder moverme». No me extraña, pero esto no es aceptarla, esto es negarla.

Aceptar es mucho más que pensar o decir: «Lo sé, tengo una enfermedad que me limita, así son las cosas». Este pensamiento es el comienzo de la aceptación, pero aún queda camino por recorrer. Pues a veces pensamos de esta manera, pero nos comportamos de manera contraria, como si realmente no creyéramos en lo que pensamos. Entonces ¿en qué consiste aceptar?

Aceptar es comprender. Comprender íntima y profundamente que las cosas han cambiado. Tú has cambiado, tu realidad ha cambiado. Pero no es sólo algo racional, un pensamiento, también es algo afectivo, una emoción, y por supuesto una conducta. Pero no una conducta cualquiera, una conducta activa de afrontamiento, no vale la pasividad, que sería como decir: «No hago nada, me dejo llevar». Esto es como no querer ver lo que hay. Porque la situación te está pidiendo que actúes, tu cuerpo te está pidiendo que actúes, tu entorno te está pidiendo que actúes, tu vida está esperando a que cojas las riendas y dirijas.

         El proceso de aceptar, por tanto, conlleva responder a las siguientes cuestiones: « ¿Qué ha cambiado? ¿Cómo ha sido este cambio? ¿Cómo me siento al respecto? ¿Cómo voy a vivir a partir de ahora?» Aceptar lo que la fibromialgia conlleva en tu vida, es aceptar quien eres. Te libera del rechazo a ti mismo y del dolor que esto produce. Y significa tener conocimiento de tres aspectos:

  • Tú existes como ser único 
  • No hay ninguna razón por la que deberías ser diferente a como eres
  • No eres una persona ni digna ni indigna




Por tanto, aceptar ya es una manera de superar.

 
 


 

27 de septiembre de 2013

FIBROMIALGIA, ASUNTO DE FAMILIA

 


La persona con fibromialgia, además de enfrentarse con limitaciones físicas, la persistencia del dolor y el sufrimiento emocional, comprueba que entre los obstáculos se encuentran la insatisfacción marital, la falta de apoyo social y los problemas interpersonales. En este contexto, la familia tiene un especial protagonismo.

        Es el grupo que más influencia ejerce sobre nosotros y se relaciona, a su vez, continuamente con otros grupos. La familia está en constante transformación, adaptándose a los cambios socioculturales, al desarrollo de sus miembros y al devenir de sus circunstancias. Asimismo, es donde obtenemos el mayor apoyo social y personal. Se sabe que quien pertenece a una familia que brinda afecto y protección, soporta mejor las dificultades a las que se enfrenta.
 
 

Durante demasiado tiempo los aspectos de la enfermedad crónica en los que se hacía hincapié, eran exclusivamente físicos y/o químicos: hormonas, neurotransmisores, fármacos o puntos de dolor. Para la fibromialgia no ha sido una excepción. Sin embargo, en la actualidad damos tanta importancia a los aspectos sociales, relacionales y psicológicos como a los físicos y químicos. Superar la fibromialgia está más cerca de conseguirse cuando se activan todos los recursos disponibles.

       Aunque también es cierto que hay personas que por voluntad propia o porque sus circunstancias son así, viven solas o lejos de su gente, física y/o emocionalmente. La FM no afectará a todos en la familia por igual, cada miembro se verá perjudicado de una forma propia, determinada por sus características personales. Un ejemplo: no tendrá la misma capacidad de adaptarse a la enfermedad un adulto que un menor. Igualmente no reaccionará de la misma forma tu pareja que tu hijo. En tu caso, ¿cómo dirías que se encuentra tu familia en este momento presente? ¿Sois todos adultos, hay menores o hay personas muy ancianas o dependientes? ¿Pueden, los miembros de tu familia, ser ahora un recurso mejor que hace unos años, o por el contrario aún están muy necesitados de tu presencia o atención? ¿Se despreocupan de tus necesidades?

La familia, cuando se gana para la causa, es un recurso inestimable.
 

 
                                                               


 

 

 

 

24 de septiembre de 2013

OPTIMISMO Y FIBROMIALGIA (el derecho a escoger)


Cada persona está en su legítimo derecho de vivir, experimentar y expresar sus circunstancias como considere o pueda. Esto es así en la salud, pero también cuando esta falta, como ocurre en la fibromialgia. Exigirle lo contrario generalmente no sirve de nada. En este sentido, hay quién se siente tan impregnado por su sufrimiento, tan desencantado de lo mucho o poco que se ha hecho por ellos, que no quieren oír hablar de nada que logre reflejar optimismo, esperanza o ilusión por lo que pueda venir. Hay que aceptarlo, incluso comprenderlo, aunque cueste. Esa es su posición frente a la enfermedad. Aunque lógicamente esto no sólo no ayuda, sino que perjudica. Por el contrario, quien se permite alimentar el optimismo en su interior, consigue resultados beneficiosos.



 
Teniendo claro que ser optimista no significa levantarse por la mañana con el cuerpo intensamente dolorido y la mente espesa por la falta de sueño, y pensar: «El dolor se va ir, nada me perturbará y el día será maravilloso». No, esto no es optimismo, ni un pensamiento positivo. Esto es irreal. Y tu fibromialgia es real, muy real. Por tanto hay que tenerla en cuenta, no negarla. Optimismo es pensar que a pesar del dolor y la niebla mental, posiblemente, hay algo que puedas hacer en ese preciso instante para sentirte mejor. Entonces buscas en tus recursos, entre tus aprendizajes, aquello que alivia tu dolor, aquello que acalla tu angustia, aquello que desentumece tu cuerpo. Cuando permites que esto ocurra, tal vez estés construyendo un día mucho mejor para ti. Esto sí es optimismo.

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